Envía, Señor, Tu Espíritu A Renovar La Tierra


En la parroquia de Tepeyanco, a través de los retablos, los fieles han recibido los mensajes que estaban representados en todos y cada uno de ellos. Tengamos en cuenta que en el siglo XVIII, la mayoría de la población era inculta. Precisaban de las imágenes para la entendimiento de los capítulos bíblicos y los propios de la tradición.

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Finalmente, reconocemos la valiosa asistencia de la maestra Glafira Magaña, que en nuestro periplo por Fichero General del Estado de Tlaxcala, nos facilitó el ingreso a los materiales relacionados con la historia del convento y la parroquia de San Francisco Tepeyanco. Mención especial merece fray Francisco Morales Valerio , cronista actual de la orden de los franciscanos, quien nos proporcionó importantes datos sobre teología y arte, que nos esclarecieron muchas inquietudes durante la investigación. En el análisis sobre los cuadros de los sacramentos agradecemos al doctor Jaime Cuadriello y al doctor Rogelio Ruíz Gomar, investigadores del Centro de Investigaciones Estéticas, sus esenciales señalamientos sobre el lenguaje pictórico de las pinturas. Los dos reafirmaron nuestra atribución sobre la autoría de los cuadros del retablo del “clero secular”al pintor Miguel Jerónimo de Zendejas, en tanto que los aspectos estilísticos presentes en las obras nos remitían invariablemente al afamado pintor poblano, artista prolífico y con una producción desafortunadamente desigual. La arquitectura barroca de la parroquia y los retablos que alberga atrajeron nuestra atención.

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El arte como corriente estilística no permanece estático, se va transformando acorde va evolucionando la sociedad. El propósito de este trabajo es hacer una exégesis (explicación) y una interpretación hermenéutica de los retablos del transepto de la parroquia de San Francisco Tepeyanco, usando para ello una propuesta de iconología. Proponer o sea admitir anticipadamente que siempre y en todo momento habrá un agregado de significado que se escapa. Es un hecho que todo análisis, por prolijo que sea, está tamizado por la subjetividad, los escollos (léase adversidades) que podemos encontrar en el sendero y la carencia de indicios .

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Señoríos, que, aunque autónomos en su interior, al parecer se unificaron en una “Confederación Tlaxcalteca”, para juntos permanecer independientes del dominio y control de los mexicas y sus aliados. Además, el respeto y admiración que podía suscitar Tizatlán por su gran cacique Xicotecantl, quedaban justificados porque era éste, quizá, el hombre más adulto mayor de todos y cada uno de los existentes en la zona al momento del contacto cultural . En el tercer capítulo se examinó el fenómeno del patrocinio y sobreel tema del cacicazgo se hizo una descripción del origen de este concepto y se resaltó su importancia en la sociedad de la Nueva España, especialmente en la fundación y construcción de templos y conventos. La investigación se muestra en tres episodios. En el capítulo uno que se titula Síntesis histórica de Tepeyanco, presentamos el marco histórico en el que se basa el análisis. Es importante comprender los antecedentes indígenas, lo que nos permitirá llegar a la conclusión de que el arte espiritual novohispano no sólo se desarrolló en función de las corrientes estilísticas, sino también en transformaciones histórico-sociales que se dieron a lo largo del virreinato.

En el denominado “retablo mariano”, hallaron el cosmos simbólico de la salvación por medio del nacimiento del Mesías. Con la representación de la Anunciación, entendían que el arcángel Gabriel daba, a través de este anuncio, un mensaje soteriológico para la humanidad. Al tiempo, de estar comunicando a la Virgen este mensaje, asimismo el arcángel se comunicaba con los feligreses, transmitiéndoles la relevancia de este nacimiento. Resumiendo, con las imágenes del retablo, la Iglesia se planteaba que la población conociera la posibilidad de redimirse, aceptando una religión novedosa, además, de poder una identificación con los personajes sagrados. En el siglo XVII, los teológos dogmáticos se comenzaron a plantear que las relaciones del alma con Dios no dependían solamente de la práctica ascética, pues la relación del alma con el Ser Superior era una ciencia infusa, algo que el Creador daba de manera directa mediante la gracia. Esto proponía un problema teológico muy complejo pues podía significar que se podía prescindir de la práctica ascética, sin embargo, la iglesia no apartó el ascetismo del misticismo pues consideró la necesidad de una vida ascética para alcanzar la unión del alma con Dios .

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En contraste al arte del siglo XV en donde se admira la serenidad de las proyectos renacentistas, el arte del siglo XVII tiene como una característica el éxtasis, fenómeno espiritual, que se relaciona con la literatura de este tema, a lo que Bremond llamó en su Historie du sentiment religieux “la invasión de la mística” . La perspectiva te órica del arte de la Nueva España se había mantenido dentro de las proposiciones medievales en el siglo XVI. Para el XVII implicaron una modernización impulsadas por la contrarreforma que implicaron cambios en la función del arte. En relación algas-marinas.com a las autoridades se consideraba como un logro especial poder tener curas que les predicaban en su propio idioma . Además de el beneficio de que muchos clérigos sabían la lengua de los indígenas, donde predicaban y confesaban, hace hincapié en que los curas del clero secular sí respetaban los aranceles impuestos por los servicios religiosos, tenían la obligación de ello por sus superiores, los obispos.

  • San Amable en su predicación habla sobre la desaparición y la pintura en donde san Gamelberto exhibe el bautismo señala el renacimiento a la fe cristiana, coincide pues es vida y muerte o aniquilamiento y resurrección.
  • “He aquí la forma y el modo que el mismo Hijo de Dios estableció y prescribió a los apóstoles y discípulos, y a sus sucesores, para predicar la ley de Cristo y atraer a los hombres a la religión verdadera cristiana” .

El historiador Jaime Cuadriello establece que “hay momentos en que los hechos minúsculos de la historia provinciana alumbran de repente el ancho escenario de la ‘enorme historia” . En la narración de Tlaxcala, en su búsqueda perpetua de una identidad ―conmovida en sus cimientos por la colonización―, están registrados los hechos más esenciales de esta intención asertiva de los tlaxcaltecas, que nunca han renunciado a su esencia, a su “ser” tlaxcalteca. “Tlaxcaltequidad” señala el doctor Cuadriello. Y este “ser” desde la colectividad, este hacer patente una cultura peculiar en las entrañas de una cultura dominante, es lo que hace aún más interesante la labor decodificadora.

Como se ha visto en el trayecto de la historia eclesiástica, gran parte de las protestas dirigidas en oposición a los frailes se referían a la falta de observancia de los aranceles, ya que cobraban derechos altísimos . Asimismo, existía una marcada diferencia ideológica entre regulares y seculares; los monjes casi siempre se encontraban al lado del indio y los “curas” al costado del español. Así, la evangelización quedaba normalmente al cargo de los regulares, más conocedores de las lenguas indígenas; al tiempo que la iglesia secular se ocupó de la vida espiritual de los colonos y de los indios una vez evangelizados. L as relaciones entre el clero regular y el secular en la Nueva España, fueron tensas.

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Social, económica y políticamente, se vieron enfrentados ya que aunque poseían un indiscutible fondo común, tenía que ver con dos mundos distintas. La Iglesia, que se creó en las Indias Occidentales conquistadas por los castellanos, fue precisamente establecida por el papado, pero a través del poder real. Esta acotación es esencial señalarla, puesto que sin ella no se explicita el significado de la atribución hecha en 1493 por el papa Alejandro VI de las tierras y también islas recién descubiertas en el nuevo mundo a los Reyes Católicos . El área geográfica-cultural que conocerían los españoles a su llegada en 1519, está ahora plenamente laradiofrecuencia.net definida a partir del siglo XII, y se ha reconocido como la “República o Senado de Tlaxcala” .No hay fechas exactas de cuando se asentaron los 4 grandes señoríos ahora mencionados. García Cook nos indica que según las indagaciones arqueológicas Tepeyanco fue también un señorío esencial . Independientemente de la información otorgada por las relaciones históricas, la documentación arqueológica nos recomienda la existencia de un número mayor de señoríos o cacicazgos, aunque, claro está, de diferente importancia socioeconómica y política entre sí.

María Del Carmen Dionisia Fernández

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