Asheritah Ciuciu
1. Comience con unos minutos de alabanza y oración.
2. Medita en un pasaje.
3. Usa tu imaginación.
4. Anota pensamientos que distraigan.
5. Recita una oración de quietud.
6. Comience con algo pequeño.
7. La quietud no siempre es tranquila y pintoresca.
La quietud es confiar en Dios.
8. Comprométete a practicar la quietud.
Dios nos refresca en nuestra quietud.